La desinformación en el ámbito de la alimentación difundida a través de las redes sociales se ha convertido, especialmente en los últimos años, en una de las principales preocupaciones para la salud pública. Para denunciar y buscar soluciones a este creciente problema, la Freedom Food Alliance ha anunciado una nueva colaboración con el Rooted Research Collective, orientada a la publicación de un informe que combata la desinformación sobre alimentación que actualmente domina las plataformas digitales.
El fenómeno de la desinformación en alimentación
Una encuesta reciente realizada por MyFitnessPal, una app para el seguimiento de la salud y el estilo de vida, que involucró a 2.000 participantes, reveló que un 87 % de los usuarios de TikTok pertenecientes a las generaciones Millennial y Gen Z han buscado consejos sobre alimentación y salud directamente en esta plataforma. De estos, el 57 % afirma haber sido influenciado o haber adoptado frecuentemente tendencias alimentarias encontradas en línea. Este dato resulta alarmante, ya que muchos de estos consejos carecen de respaldo científico.
Según los datos de MyFitnessPal, los regímenes alimentarios más populares en TikTok incluyen dietas detox, alimentos que prometen quemar grasa abdominal y ayunos líquidos. Estas tendencias, aunque ampliamente difundidas, no solo carecen de base científica, sino que en muchos casos pueden ser perjudiciales. No sorprende, por lo tanto, que un 31 % de los usuarios que siguieron estas modas hayan reportado efectos negativos en su salud.
Los objetivos del informe
El informe anunciado tiene como objetivo analizar en profundidad el fenómeno de la desinformación sobre alimentación y sus consecuencias. El documento se centrará en identificar las fuentes de desinformación, evaluando las motivaciones detrás de su difusión y su impacto en la salud pública. Además, se propondrán campañas de concienciación basadas en evidencias científicas, con el fin de educar a los consumidores y promover información nutricional precisa.
Un estudio complementario realizado por MyFitnessPal en colaboración con la Dublin City University utilizó inteligencia artificial para analizar más de 67.000 videos en TikTok, comparándolos con las directrices de una alimentación saludable. Los resultados preliminares son alarmantes: solo un 2,1 % de los contenidos analizados resultaron ser precisos y conformes a estas directrices, mientras que el resto era parcial, incorrecto o incierto por falta de respaldo científico.
Las consecuencias para la salud
La propagación de información errónea sobre alimentación en redes sociales no es un problema menor. Las dietas extremas, como las promovidas por algunas tendencias en TikTok, pueden conllevar graves consecuencias para la salud, incluyendo trastornos alimentarios, deficiencias nutricionales y otras complicaciones médicas. Un ejemplo es la dieta carnívora, en la que únicamente se permiten alimentos de origen animal, especialmente carne y pescado, excluyendo leche, yogur, aceite y cualquier alimento de origen vegetal. Según Shawn Baker, el ortopedista estadounidense que la popularizó entre sus pacientes sin base científica, esta dieta llevaría a una notable pérdida de peso. Sin embargo, es evidente que una dieta tan desequilibrada no puede ofrecer beneficios para la salud, especialmente cuando su alimento principal, la carne roja, ha sido clasificado como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud.
La necesidad de una regulación
A pesar de que la desinformación ha sido identificada por el Foro Económico Mundial como uno de los mayores riesgos para la humanidad en el futuro cercano, actualmente no existe una regulación efectiva sobre la información nutricional difundida en las redes sociales. El informe de la Freedom Food Alliance propondrá recomendaciones políticas y regulatorias para llenar este vacío, exigiendo una mayor responsabilidad por parte de las plataformas digitales y fomentando un entorno digital más seguro e informado.
Un aspecto positivo que se destaca en los datos es que la Generación Z tiende a confiar más en la información sobre alimentación compartida por dietistas y nutricionistas registrados y cualificados, en lugar de por influencers sin especialización. Este dato resalta la importancia de promover la difusión de contenidos respaldados por la ciencia en las redes sociales, además de construir una mayor conciencia y responsabilidad digital, con el fin de proteger a los consumidores de las trampas de la desinformación en línea relacionada con la alimentación.