Hamburguesas y alternativas vegetales: un mercado en plena evolución
El sector alimentario está experimentando una rápida transformación: cada vez más personas (flexitarianas, vegetarianas, veganas o simplemente curiosas) incorporan productos de origen vegetal en su dieta con el fin de reducir o sustituir el consumo de carne.
BEUC (Bureau Européen des Unions de Consommateurs), la organización que agrupa a las asociaciones europeas de consumidores, ha publicado el informe «Unwrapping Veggie Burgers» con el objetivo de analizar en profundidad el fenómeno de las llamadas «hamburguesas vegetales»:
- ¿Cuál es su impacto en el medioambiente y la salud?
- ¿Por qué están ganando tanta popularidad?
- ¿Cuáles son los desafíos pendientes?
Desde el Osservatorio VEGANOK hemos examinado este estudio para ofrecer una visión completa, centrándonos en la sostenibilidad y la controversia en torno a las denominaciones (por ejemplo, si es adecuado llamarlas «hamburguesas» o «salchichas» a pesar de ser 100 % vegetales). También abordaremos aspectos como los precios y las políticas que podrían fomentar su expansión.
Una elección cada vez más común: las cifras del auge vegetal

El informe de BEUC indica que el consumo de alimentos de origen vegetal ha crecido exponencialmente en la última década y se espera que continúe aumentando en los próximos años. ¿A qué se debe este éxito?
- Mayor interés por la salud: muchas personas buscan reducir el consumo de carne para mejorar su alimentación o controlar el consumo de grasas y colesterol.
- Conciencia ambiental: la producción ganadera tiene un alto impacto en términos de emisiones de CO₂, consumo de agua y deforestación. Reducir el consumo de productos animales, incluso algunos días a la semana, se percibe como una contribución importante para la protección del planeta.
- Ética y bienestar animal: para vegetarianos y veganos (y otros consumidores concienciados), evitar la carne es una elección basada en principios, y las alternativas vegetales permiten mantener formatos y recetas tradicionales (hamburguesas, salchichas, albóndigas) sin recurrir a productos de origen animal.
El estudio también destaca un dato relevante: en Europa, el 30 % de los consumidores se identifica como flexitariano, es decir, consume carne ocasionalmente y busca reducir su ingesta. Por su parte, cerca del 8 % sigue una dieta vegetariana o vegana. Estas cifras podrían aumentar, ya que las nuevas generaciones muestran un creciente interés por dietas más sostenibles.
Sostenibilidad: ¿por qué las hamburguesas vegetales benefician al planeta?
Uno de los principales aspectos tratados en el informe es el impacto ambiental. Las hamburguesas vegetales y otras alternativas a la carne, como las salchichas o los bocados a base de soja o guisantes, presentan ventajas como:
- Menores emisiones de gases de efecto invernadero.
- Reducción del uso de recursos naturales (tierra, agua).
- Mayor diversidad agrícola, fomentando el cultivo de legumbres (alubias, guisantes, lentejas, garbanzos) y cereales.
El informe subraya la necesidad de que la UE reduzca su dependencia de la importación de proteínas (especialmente destinadas a la alimentación animal). Apoyar el cultivo de legumbres para el consumo humano resultaría una estrategia eficaz, ya que:
- Disminuiría el impacto ambiental de la agricultura.
- Fomentaría la biodiversidad de los suelos.
- Mejoraría la seguridad alimentaria al reducir la dependencia de las importaciones de materias primas.
«Hamburguesa vegetal» o «disco vegetal»? Un debate (casi) resuelto
Uno de los temas más debatidos en el informe es la denominación de estos productos: ¿es adecuado llamar «hamburguesa» a un producto 100 % vegetal? ¿Puede esto generar confusión en los consumidores?
Según BEUC, la mayoría de los consumidores no se sienten engañados, siempre que se indique claramente que el producto es de origen vegetal (por ejemplo, «hamburguesa vegana» o «hamburguesa de soja»).
El Tribunal de Justicia de la UE ha determinado que los Estados miembros no pueden prohibir el uso de términos como «salchicha» o «hamburguesa» si no existen regulaciones específicas que los definan. Esta medida evita barreras comerciales innecesarias y garantiza la libre circulación de productos en el mercado único.
En esencia, cuando la etiqueta es transparente, el uso de palabras familiares («hamburguesa», «salchicha», «filete») facilita que los consumidores tomen una decisión informada y les ayuda a entender inmediatamente cómo cocinar o incorporar estas alternativas vegetales a su rutina alimentaria, igual que harían con sus homólogas cárnicas.
Un breve vistazo al aspecto nutricional
El informe no se limita a la sostenibilidad: analiza una serie de pruebas realizadas por diferentes asociaciones nacionales de consumidores, que compararon las alternativas vegetales con los productos cárnicos.
- Grasas y sal: muchas hamburguesas vegetales contienen menos grasas totales y saturadas que las de carne, aunque pueden tener niveles elevados de sal.
- Fibra: aquí las hamburguesas vegetales ganan sin competencia, ya que aportan fibra, un nutriente prácticamente ausente en la carne.
- Proteínas: algunos productos vegetales alcanzan niveles proteicos similares a los de las hamburguesas de res o pollo.
- Ultraprocesados: no todas las hamburguesas vegetales son «saludables». Algunas contienen aditivos, aromas e ingredientes refinados (harinas, proteínas aisladas), mientras que otras están hechas con materias primas sencillas (legumbres, cereales integrales) y tienen un mejor perfil nutricional.
El consejo sigue siendo el mismo: leer la etiqueta y optar por productos con pocos ingredientes y de calidad.
Además, es fundamental mantener un equilibrio en la dieta, en la que los alimentos frescos (cereales integrales, frutas, verduras y legumbres) desempeñan un papel insustituible.
Precio y accesibilidad: el desafío del mercado
Uno de los principales obstáculos es el precio de estos productos, que a menudo es superior al de sus equivalentes de origen animal (hamburguesas de ternera, salchichas de pollo, etc.). BEUC señala que esta diferencia de precio podría limitar su adopción a gran escala, especialmente en tiempos de crisis económica.
No obstante, algunos supermercados en Alemania y los Países Bajos han igualado los precios entre hamburguesas vegetales y de carne, lo que ha provocado un aumento en las ventas de las opciones vegetales. Según el informe, reducir los precios podría:
- Incentivar a un público más amplio a optar por alternativas vegetales.
- Equilibrar el costo ambiental, favoreciendo los productos con menor impacto ecológico.
Algunas grandes cadenas minoristas, como Lidl en Alemania y Bélgica o Jumbo en los Países Bajos, han reducido los precios de sus productos vegetales de marca propia para igualarlos a los de sus equivalentes de origen animal. Seis meses después de implementar esta estrategia de paridad de precios, Lidl Alemania ha registrado un aumento del 30 % en las ventas de sus productos vegetales de marca propia.
Recomendaciones de BEUC: entre política e industria
En sus conclusiones, BEUC propone acciones concretas para instituciones, industria y distribución a fin de promover un sistema alimentario más sostenible, variado y transparente:
- Integrar la sostenibilidad en las guías alimentarias nacionales
Los Estados miembros deberían incluir el impacto ambiental de las elecciones alimentarias en sus guías dietéticas (FBDGs) y fomentar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y legumbres, priorizando productos frescos, locales y de temporada. - Reducir el grado de procesamiento y mejorar la composición de los productos vegetales
La industria alimentaria debería disminuir el ultraprocesamiento y mejorar la formulación de sustitutos vegetales de carne y lácteos, garantizando la presencia de nutrientes esenciales (hierro, calcio y vitamina B12) y reduciendo el contenido de sal, grasas saturadas y azúcares añadidos. - Hacer competitivos los precios de los productos vegetales
La distribución debería trabajar para reducir o eliminar la brecha de precios entre productos de origen vegetal y animal, además de mejorar su disponibilidad y visibilidad en los estantes. - Promover un Plan de Acción de la UE para los alimentos vegetales
La UE debería implementar un plan para incentivar la producción y el consumo de estos alimentos, incluyendo legumbres, cereales y alternativas vegetales elaboradas. - Evitar restricciones injustificadas al uso de términos cárnicos
Siempre que los productos estén claramente etiquetados como «vegetarianos» o «veganos», no deberían imponerse prohibiciones sobre el uso de términos como «hamburguesa» o «salchicha». - Apoyo al cultivo de proteínas vegetales
Los Estados miembros deben estimular la producción de legumbres para consumo humano (garbanzos, lentejas, alubias) a través de sus Planes Estratégicos de la PAC (Política Agrícola Común) y estimular la demanda de estos productos también con medidas fiscales, como la bajada del IVA.
Hacia un futuro más vegano: la observación del Osservatorio VEGANOK
El informe de BEUC pone de relieve un cambio histórico en la alimentación europea: la creciente demanda de alternativas vegetales requiere un marco de apoyo sólido que elimine obstáculos estructurales como los altos precios y la escasa valorización de las cadenas de producción vegetal. De ahí la importancia del Plan de Acción de la UE para los Alimentos de Origen Vegetal, respaldado firmemente por VEGANOK/UNIVEGAN y AssoVegan, la Asociación de Veganos Italianos Onlus, junto con más de 130 organizaciones europeas que instan al Comisario Europeo de Agricultura y Alimentación, Christopher Hansen, a tomar medidas concretas antes de 2026.
Desde el Osservatorio VEGANOK, creemos que la clave para hacer que estas alternativas sean realmente accesibles para todos pasa por:
- Una comunicación transparente y clara que informe a los consumidores sobre la composición de los productos vegetales y cómo incorporarlos en su dieta.
- Políticas públicas audaces, capaces de incentivar la innovación en el sector vegetal, fortalecer la producción local y promover cadenas de suministro éticas.
- Un esfuerzo colectivo para reducir la brecha de precios entre los productos vegetales y los de origen animal, garantizando que la sostenibilidad no siga siendo un privilegio para unos pocos.
En el contexto descrito por BEUC, estas medidas juegan un papel fundamental en la transición hacia un sistema alimentario más sostenible, ético e inclusivo. Desde el Osservatorio VEGANOK seguiremos monitoreando su evolución, con la esperanza de que las instituciones respondan con acciones concretas y oportunas. Solo así podremos garantizar un futuro agroalimentario verdaderamente alineado con los valores de salud, respeto por el medioambiente y bienestar animal, fundamentales para el futuro de todos los ciudadanos europeos.